Virginia López

Construido con Berta.me

  1. Ephemeros (VIDEO, 2010) >>

    Ephemeros (RILKE, 2012) >>

     

    "(...) e più indicibili di tutto sono le opere d'arte, misteriose esistenze, la cui vita, accanto alla nostra che svanisce, perdura".

     

    “(…)y lo más inexplicable de todo es una obra de arte, existencia misteriosa, cuya vida es eterna y opuesta a la nuestra, que se desvanece. 

     

    Rainer Maria Rilke, Cartas a un jóven poeta.

     

    Todo inició con la lectura de Rainer Maria Rilke, Cartas a un joven poeta y la frase "(...)y lo más inexplicable de todo, son las obras de arte, exitencia misteriosa, cuya vida es eterna y opuesta a la nuestra, que se desvanece".

    Desde entonces, muchas cosas han cambiado en el campo del arte contemporáneo.

    Es aún válida esta afirmación?

    La mia, no es una tesis o una afirmación clara y concreta, sino una serie de interrogativos sobre la sensibilidad contemporánea. A partir de aquí nacieron una serie de obras que indagan la dimension temporal, los ciclos naturales y el tiempo histórico, la idea de cambio y mutabilidad como condición  de regeneración y permanencia, la duración y persistencia de la obra de arte,  el valor de los materiales como contenedores y transmisores de tiempo, memoria y significado. Una ocasión para interrogarse sobre el componente efímero en las artes contemporáneas y sobre nuestro constante  tentativo de preservar todo quello que por naturaleza es mutable, inestable y provisorio.

     

    A partir de los años sesenta, con el arte conceptual, la obra de arte en cuanto objeto, ha sido considerada por la parte progresista del mundo artístico, una especie de residuo, de resto, de fetiche. Intentando escapar  a su mercantilización (en rechazo a la sociedad de consumo) y a su emblasamación en el museo, se ha aproximado a la vida, y de ella ha extraido sus  materiales, pobres, cotidianos, deperibles. Sin embargo  estos mismos tentativos han sido musealizados y conservados y se asiste a la pradójica situatión de conservar lo efímero, aquello que había nacido como gesto, intuición, acción o test. En parte debido a que la máquina del mercado del arte no se detiene, se adapta y engloba, en parte debido a nuestro temor de quedarrnos huérfanos, sin pasado, sin memoria,  y por tanto sin posibilidad de construir un futuro (dimensión mnemónica del arte).

    La muerte del aura en la obra de arte, avanzada por Walter Benjamin en su famoso texto La obra de arte en la epoca de su reproductibilidad técnica, viene negada cada día por parte de los museos que custodian en sus salas las obras-reliquia de quellos que contribuyeron a la destrucción de tal aurea. Quizas porque el aura reside en el núcleo duro e indecible presente en toda obra de arte. Desde el cual la emana, como inmanencia de una revelación.

    Esta pieza es una declaración de amor, quizas un tanto demodé, a un arte que pertenece al orden simbólico, percepción de conexiones y resonancias. Un arte quizás frágil, inestable, reflejo de nuestra época y de nuestra debilitada existencia, carentes de certezas y de utopias, aplastados contra un tiempo presente dilatado.

    Ya han sido muchos quienes han dicho que el arte puede ser un gesto inaferrable, pero con vocación eterna, es un fulgor que trasciende el tiempo histórico, lineal y destructor, es simple como una gota de agua, pasajero y constante como una nube que atraviesa el cielo.