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detalle de algunas láminas.
apuntes a pie de página_
Un’ altro tempo. EN TIEMPOS DIGITALES UN POCO DE ANTÍDOTO DE LA MANO DE LAS ARTES Y OFICIOS. Virginia López,2020.
«the artist came out from the handiscraftsmen, and left them without hope of elevation, while he himself was left without help of intelligent, industrious sympathy. Both have suffered (…)»
The Lesser Arts, William Morris
Desde hace bastantes años que personas, colectivos y movimientos culturales y artísticos me han inspirado y guiado. Y aunque muchos pertenecen a siglos pasados y movimientos utópicos, como todo lo bueno, siguen vivos y seguimos repescándolos. Esta vez va de artes y oficios, arte y artesanía, arts and crafts, mano que piensa, belleza que es idea corpórea y cotidiana y que por tanto contagia, es participada. Estoy pensando en William Morris y santa compañía, en los Omega workshops de Roger Fry con el grupo de Bloomsbury y Dora Carrington, (y la exposición que la maravillosa Lea Vergine montó en el Mart de Rovereto en el 2012 “Un’altro tempo”). También en la comunidad de Monte Veritá, todos movimientos donde la belleza, la frágil libertad y la utopía de hacer un mundo mejor se hicieron tangibles, formas de vivir, de habitar, de crear, libros y editoriales, vajillas, papeles pintados, murales, muebles y vestidos, objetos cotidianos donde arte y artesanía convivían y se alimentaban recíprocamente. El arte habitaba el mundo de lo útil y la belleza lo cotidiano, otros tiempos porque eran también otros los tiempos de la producción, requerían tiempo, cuidado, sensibilidad, imaginación, inteligencia y técnica. Arte y oficio. Subversión y resistencia, nada de resiliencia. Por supuesto, en cierta forma fracasaron, pero justo por ello, hay que tomar el testigo y seguir el camino.
#1
Recuerdo también el cuento que por voz de Obdulia nos cuenta Jose María Sarmiento en “Los Montes”, que como todos los buenos cuentos tiene varias lecturas y se te quedan como un eco en la mente:
(…)Durante días y días estuvieron así, contemplándolo. Incluso de noche en sus camas velaban, con los ojos muy abiertos, a tal punto la contemplación de la forma perfecta llenaba sus pensamientos. Y como la posesión plena de una cualidad esencial del ser, como es la belleza, lleva consigo las otras cualidades esenciales, la gente del pueblo empezó a cambiar, al participar de la perfección de la forma perfecta.
#2
Y otra reflexión, esta vez de la mano de Bob Black (en la época del tupper):
“Tengamos presente que no tenemos porqué aceptar el trabajo actual tal y como es (…). Hasta cierto punto quizá queramos volver a la artesanía, desenlace que William Morris consideró como una de las consecuencias probables y deseables de la revolución comunista. El arte dejaría de estar en manos de los esnobs y los coleccionistas, sería abolido como actividad especializada al servicio de un público de élite, y sus cualidades estéticas y creativas regresarían a la vida integral de la que el trabajo las robó. Da que pensar que en su tiempo las urnas griegas sobre las que escribimos odas y que exhibimos en las vitrinas de los museos se utilizaran para almacenar aceite de oliva. Dudo mucho que la posteridad, caso de haberla, vaya a ser tan benévola con nuestras baratijas.
#3
Un’altro tempo. (en bucle por favor)
Provate un po’ a immaginare una situazione così: Virginia Woolf ricama a punto-non-so-che-cosa lo schienale di una seggiola, su disegno progettato da Duncan Grant mentre sua sorella Vanessa Bell disegna per lei la copertina di The Waves intanto che Percy Wyndham Lewis, tra un Blast e l’altro, dipinge il ritratto di Edith Sitwell fotografata con i suoi fratelli da Cecil Beaton. I tre Sitwell si fanno affrescare la Villa di Montegufoni in Val di Pesa da Gino Severini; dopodiché tutti giù a rovistare tra gli avanzi di gomitoli di lana per i calzerotti da inviare ad Alec Guinnes sotto le armi. Ma cos’è? Una burla, una sceneggiatura per una pièce? No. È tutto vero.